07 junio 2005
Frases manidas
Recientemente publicó LA VANGUARDIA un artículo sobre una modalidad de trasteros muy en boga en Barcelona -trasteros (que no guardamuebles) a partir de módulos de 1 m2, de acceso libre y que se han convertido en un fenómeno inmobiliario por su demanda y rentabilidad´, tanto por empresas que necesitan espacio extra de archivo como por particulares para guardar cosas de fuera de temporada.
Como no cabía esperar la reflexión del periodista caía en el tópico de explicar el éxito de la iniciativa porque nuestras viviendas son cada vez más pequeñas.
No hay datos que confirmen de manera tan tajante esa afirmación, establecida como un lugar común en todas las discusiones y sin otra evidencia que la referencia al caso concreto que cualquiera puede conocer sobre una vivienda muy pequeña en algún lugar de su pueblo. Siempre la producción de viviendas ha sido dispar en tamaños. Nuestros centros históricos están repletos (cada vez menos) de viviendas de tamaño ínfimo que conviven con grandes viviendas -en muchas ocasiones en el mismo inmueble ; los ensanches de las ciudades están llenos de viviendas de tamaño muy dispar; los barrios residenciales se han llenado de viviendas de tamaño desigual. Y seguirá siendo así ....... viviendas grandes, medianas, pequeñas y mínimas. Eso sí, de unos años a esta parte, con una mejora inequívoca de condiciones higiénicas (saneamiento, luminosidad, aislamiento, utilización del espacio, servicios, etc.) que muchas veces olvidamos en una discusión simplificada en torno, exclusivamente, al tamaño.
Y esto sin entrar en la disminución del tamaño de las familias y lo que ello pueda suponer en términos de tamaño de vivienda necesario (que no deseable) para resolver las necesidades básicas que debe ofrecer una vivienda -descanso, aseo, alimento y expansión.
Como no cabía esperar la reflexión del periodista caía en el tópico de explicar el éxito de la iniciativa porque nuestras viviendas son cada vez más pequeñas.
No hay datos que confirmen de manera tan tajante esa afirmación, establecida como un lugar común en todas las discusiones y sin otra evidencia que la referencia al caso concreto que cualquiera puede conocer sobre una vivienda muy pequeña en algún lugar de su pueblo. Siempre la producción de viviendas ha sido dispar en tamaños. Nuestros centros históricos están repletos (cada vez menos) de viviendas de tamaño ínfimo que conviven con grandes viviendas -en muchas ocasiones en el mismo inmueble ; los ensanches de las ciudades están llenos de viviendas de tamaño muy dispar; los barrios residenciales se han llenado de viviendas de tamaño desigual. Y seguirá siendo así ....... viviendas grandes, medianas, pequeñas y mínimas. Eso sí, de unos años a esta parte, con una mejora inequívoca de condiciones higiénicas (saneamiento, luminosidad, aislamiento, utilización del espacio, servicios, etc.) que muchas veces olvidamos en una discusión simplificada en torno, exclusivamente, al tamaño.
Y esto sin entrar en la disminución del tamaño de las familias y lo que ello pueda suponer en términos de tamaño de vivienda necesario (que no deseable) para resolver las necesidades básicas que debe ofrecer una vivienda -descanso, aseo, alimento y expansión.