17 junio 2005
¿Cuántas viviendas vacías hay en España?
Hay dos problemas fundamentales para cuantificar el número de viviendas vacías: la definición del concepto en sí y la fuente y método de información.
Los datos mal contados que tenemos sobre vivienda destacan siempre el elevado número de viviendas vacías que hay en España, diferenciándolas de principales y secundarias. Y todos nos preguntamos a qué llaman vivienda vacía.
Sólo ocasionalmente encontramos alguna referencia sensata que explica cómo la diferencia entre vivienda principal y no principal es más sólida que la diferencia entre vivienda principal, secundaria y vacía.
El método censal con visitas personales a los hogares (el que utiliza el INE) identifica las viviendas sobre la base de informadores que no son, necesariamente, los propietarios o usuarios de las viviendas. En el caso de la vivienda principal se identifica como tal, en la mayor parte de los casos, utilizando como informador al usuario. Pero en el caso de viviendas vacías y secundarias la información viene, en muchas ocasiones, de informadores no usuarios de la vivienda. De ahí que la diferenciación entre vacías y secundarias no deja de ser una aproximación vaga y de difícil solución.
No hay definición legal o acordada de qué se considera vivienda vacía, sólo podemos basarnos en lo que nos digan los vecinos o con un sistema de vigilancia de dudosa legalidad y elevado coste. La fiabilidad de los datos, por tanto, es más que dudosa. Las mutuas acusaciones que los partidos políticos se hacen al respecto son una más de las muchas cosas que en su alternancia de poder no han resuelto (y tiempo han tenido los dos principales partidos nacionales para hacer en sus respectivos momentos de gobierno). Y el machaque que los medios y los políticos hacen de las viviendas vacías, como si fueran anatemas a los que hay que devolver a la senda de la fe a golpe de impuestos poco hacen por ayudar a aclarar el panorama, y menos harán si se empeñan en ir por la senda impositiva para las vacías.
Mientras, no tenemos otra cosa que los datos del Censo de Viviendas de 2001, cuyo resumen pueden consultar aquí.
En cualquier caso la radiografía del país es impactante. En el Censo de 2001 de las 20.946.554 viviendas familiares 14.184.026 eran principales (67,72%) y 6.467.053 no principales (30,87%) -vacías y secundarias.
Pero ¡ojo! el cambio de principal a secundaria o vacía no es más que una decisión privada de su propietario y, por tanto, los datos no son más que la radiografía puntual de un momento dado.
Los datos mal contados que tenemos sobre vivienda destacan siempre el elevado número de viviendas vacías que hay en España, diferenciándolas de principales y secundarias. Y todos nos preguntamos a qué llaman vivienda vacía.
Sólo ocasionalmente encontramos alguna referencia sensata que explica cómo la diferencia entre vivienda principal y no principal es más sólida que la diferencia entre vivienda principal, secundaria y vacía.
El método censal con visitas personales a los hogares (el que utiliza el INE) identifica las viviendas sobre la base de informadores que no son, necesariamente, los propietarios o usuarios de las viviendas. En el caso de la vivienda principal se identifica como tal, en la mayor parte de los casos, utilizando como informador al usuario. Pero en el caso de viviendas vacías y secundarias la información viene, en muchas ocasiones, de informadores no usuarios de la vivienda. De ahí que la diferenciación entre vacías y secundarias no deja de ser una aproximación vaga y de difícil solución.
No hay definición legal o acordada de qué se considera vivienda vacía, sólo podemos basarnos en lo que nos digan los vecinos o con un sistema de vigilancia de dudosa legalidad y elevado coste. La fiabilidad de los datos, por tanto, es más que dudosa. Las mutuas acusaciones que los partidos políticos se hacen al respecto son una más de las muchas cosas que en su alternancia de poder no han resuelto (y tiempo han tenido los dos principales partidos nacionales para hacer en sus respectivos momentos de gobierno). Y el machaque que los medios y los políticos hacen de las viviendas vacías, como si fueran anatemas a los que hay que devolver a la senda de la fe a golpe de impuestos poco hacen por ayudar a aclarar el panorama, y menos harán si se empeñan en ir por la senda impositiva para las vacías.
Mientras, no tenemos otra cosa que los datos del Censo de Viviendas de 2001, cuyo resumen pueden consultar aquí.
En cualquier caso la radiografía del país es impactante. En el Censo de 2001 de las 20.946.554 viviendas familiares 14.184.026 eran principales (67,72%) y 6.467.053 no principales (30,87%) -vacías y secundarias.
Pero ¡ojo! el cambio de principal a secundaria o vacía no es más que una decisión privada de su propietario y, por tanto, los datos no son más que la radiografía puntual de un momento dado.
