31 mayo 2005
Vuelta a despegar
Después de una larga ausencia (razones de trabajo, del de comer se entiende) vuelvo por mis fueros. Hoy toca una breve referencia para no olvidar nombres y sensaciones.
Las tentaciones de San Antonio, obra de teatro de Robert Wilson (este es el nombre que no hay que olvidar), sobre un texto de Flaubert y con música y libreto de Bernice Johnson (otro nombre a no olvidar) una ópera gospel.
16 cantantes-actores en el escenario y un mar de belleza musical y sensorial en el alma del espectador. Buenas voces, espléndidos actores-cantantes-bailarines. Todo al servicio de transmitir un texto clásico sin ningún guiño fuera de lugar. Las tentaciones de San Antonio son las clásicas, las de toda la vida (el dinero, la carne, el poder, etc.....), vigentes en el mundo actual y resueltas con contundencia sin otras herramientas teatrales que el buen hacer.
Si se topan con la posibilidad de ver la obra en cualquier lugar del mundo no lo duden entren, vean y disfruten (es una obra sin fecha de caducidad).
Las tentaciones de San Antonio, obra de teatro de Robert Wilson (este es el nombre que no hay que olvidar), sobre un texto de Flaubert y con música y libreto de Bernice Johnson (otro nombre a no olvidar) una ópera gospel.
16 cantantes-actores en el escenario y un mar de belleza musical y sensorial en el alma del espectador. Buenas voces, espléndidos actores-cantantes-bailarines. Todo al servicio de transmitir un texto clásico sin ningún guiño fuera de lugar. Las tentaciones de San Antonio son las clásicas, las de toda la vida (el dinero, la carne, el poder, etc.....), vigentes en el mundo actual y resueltas con contundencia sin otras herramientas teatrales que el buen hacer.
Si se topan con la posibilidad de ver la obra en cualquier lugar del mundo no lo duden entren, vean y disfruten (es una obra sin fecha de caducidad).
