02 septiembre 2009
Una voz más en el coro de la censura
Ayer (1 de septiembre de 2009) el periódico EL PAÍS publicó unas fotos de sexo explícito para ilustrar el trasiego de putas y clientes en el mercado de LA BOQUERÍA de Barcelona. Fotos de sexo explícito que aparecían en la portada y en páginas interiores.
Me uno al coro de voces discrepantes sobre la publicación de fotos de ese tipo en un medio de comunicación impreso como EL PAÍS. Evidentemente no me parece mal que se trate el tema en la prensa porque tiene interés, pero de ahí a publicar fotos como se hizo ayer hay una gran diferencia.
En algunas casas, por ejemplo la mía, el periódico se pone a disposición de cualquiera en la mesa del desayuno. Hasta la fecha nunca lo había censurado, pero ayer resultó que en casa había niños con niños menores de 12 años y, por primera vez, ayer hubo censura. ¿Qué sentido tiene que unos niños puedan ver esas fotos y haya que explicarles cosas que, todavía, no tienen necesidad de conocer?
Me uno al coro de voces discrepantes sobre la publicación de fotos de ese tipo en un medio de comunicación impreso como EL PAÍS. Evidentemente no me parece mal que se trate el tema en la prensa porque tiene interés, pero de ahí a publicar fotos como se hizo ayer hay una gran diferencia.
En algunas casas, por ejemplo la mía, el periódico se pone a disposición de cualquiera en la mesa del desayuno. Hasta la fecha nunca lo había censurado, pero ayer resultó que en casa había niños con niños menores de 12 años y, por primera vez, ayer hubo censura. ¿Qué sentido tiene que unos niños puedan ver esas fotos y haya que explicarles cosas que, todavía, no tienen necesidad de conocer?